Diego Noack, ingeniero mecatrónico, llegó a su actual puesto de trabajo desafiando la vieja escuela de la empresa: contratar a alguien sumamente técnico para un rol gerencial.

Sabiendo que no era la costumbre para un puesto de Gerente General, Diego rápido aprendió que el gerente anterior tenía una gran formación en negocios pero no tenía la parte técnica que él sí. Por eso, al empezar su nuevo rol supo de inmediato que tenía que complementar su conocimiento técnico de los productos tecnológicos con los negocios.

Para hacerlo, Diego empezó el MBA de la Escuela de Negocios un mes después de haber empezado como Gerente General en su nuevo trabajo.

“Yo ya venía tratando de aprender lo más posible acerca de negocios. Por mi cuenta, venía estudiando administración, estrategias, ventas, marketing…todo en YouTube o Google. Pero en cuanto entré a trabajar supe que necesitaba algo más”.

Como dice Diego, “mi primer curso fue finanzas con Florencia y me cayó como anillo al dedo”. En su nuevo puesto de trabajo, Diego tiene una reunión semanal financiera y puede aplicar lo aprendido en clase en tiempo real.

“Fue un muy buen match entre mi trabajo y la maestría. Recuerdo que para entrar a la maestría hice un plan de ventas, de mercadeo y de ventas como parte del examen de admisión y en cuanto empecé las clases me di cuenta lo mucho que podía mejorar”.

Conforme ha ido avanzando en sus clases, Diego reconoce que gracias a la guía de los catedráticos y la experiencia que le han dado los cursos es que su manera de pensar en los negocios cambió por completo.

“Lo que me llevo de esta experiencia es que, a pesar de mi formación técnica en ingeniería, hoy creo que es necesario que todos los profesionales conozcan los temas de un MBA para poder manejar un negocio”.

De acuerdo a Diego, incluso si no hubiera cambiado su trabajo, también se habría inscrito al MBA porque era justo lo que le hacía falta para seguir creciendo en su carrera profesional.