Yolanda Lima comenzó su carrera profesional como asistente hace trece años. Con el tiempo y la experiencia, poco a poco empezó a crecer dentro de su organización hasta que pasó de asistente a liderar el equipo legal. Sin embargo, a pesar de haber conseguido el puesto más alto disponible como abogada de la empresa, de igual forma quería tener una voz en la mesa de asuntos corporativos, sobre otras temáticas que no fueran de tipo legal.

Obtuvo su licenciatura y el resto de su formación académica en instituciones públicas a base de becas. Cuando consideró que había llegado a un «tope» en su carrera como abogada, visitó las universidades locales de Panamá, buscando alguna maestría o especialización que la ayudaran a seguir creciendo como profesional. Sin el resultado que buscaba, su búsqueda dio un giro cuando un colega le habló por primera vez de la Escuela de Negocios de la UFM y la doble titulación que ofrecía con Tulane. Intrigada con la experiencia de su colega, comenzó a investigar más sobre las opciones de maestrías que ofrecía la Escuela de Negocios.

Además de ser la líder de su equipo legal, Yolanda también es mamá. Por eso, los programas de maestría que tenía en mente debían tener cierto grado de flexibilidad para que pudiera seguir con su trabajo y ser mamá al mismo tiempo. Leyendo sobre la doble titulación del LLM y el programa con Tulane, entendió que podía tomar la maestría por las tardes/noches y optar por clases virtuales, para que su vida profesional y personal siguiera en su curso. Como se trataba de una universidad nueva y de un programa distinto de lo que ella conocía, comenzó a llenarse de dudas.

Por tratarse de un programa conjunto con Tulane, al principió dudó de sus capacidades para aprender con material en inglés. Cuando le mencionó esta duda al colega que le había recomendado, el mismo la convenció de animarse y le aseguró que no sería un inconveniente. Un par de años más tarde, Yolanda está de acuerdo con él, ya que el inglés no fue un obstáculo en absoluto e incluso recordó cómo en las instituciones de educación superior «se espera que el alumno pueda trabajar con poca ayuda o solo, pero en este programa fue distinto». Con el acompañamiento de los catedráticos en cada clase, Yolanda pudo destacar y aprender muchos detalles demás sobre los estados financieros y temas macroeconómicos que impactan a las empresas de forma directa.

«No me sentía con la confianza de ser bilingüe y pensé que el inglés podía limitarme».

Conforme avanzaba en su programa de maestría, avanzaba también la pandemia en el 2020. Por eso, la mayoría de sus clases se trasladaron a un formato virtual y Yolanda asegura que en ningún momento sintió una diferencia notoria o limitante entre ambas formas de impartir y recibir las clases.

«Creo que en Panamá existe una connotación negativa hacia las clases online, como si no fueran igual de buenas que las presenciales. Este programa me demostró lo contrario».

Cuando el mundo cerró y todas las empresas y las instituciones tuvieron que correr a descifrar un plan B para seguir operando, la Escuela de Negocios ya tenía la infraestructura completa montada para seguir las clases de forma virtual. Para Yolanda esto fue clave en la continuación de su desarrollo como profesional.

Hoy ella misma revela que sus nuevos conocimientos y su experiencia en el LLM con Tulane la han ayudado a fortalecer su rol como líder del equipo legal en su organización. Además, poder tener una perspectiva más informada sobre asuntos corporativos, económicos y financieros también le han ayudado a obtener una mejor compensación por su trabajo en la empresa.